Dijo el ministro Escrivá que la reforma de las pensiones “nace del acuerdo social y político del Pacto de Toledo, cumple los hitos comprometidos con Bruselas y deja un sistema reforzado que elimina incertidumbres y protege a los jóvenes”. El ministro “vendió” su argumentario, convenció a las fuerzas políticas afines y la reforma fue
aprobada, aunque todavía no cuente con el aval de la Comisión Europea.
Dicen los expertos que las pensiones deben reunir al menos dos cualidades: han de ser suficientes para que los pensionistas puedan llevar una vida digna, y deben ser
sostenibles en el tiempo, sostenibilidad que garantiza el equilibrio ingresos-gastos. En este punto, dicen esos expertos, flaquea la reforma Escrivá que dejó de lado medidas para moderar el crecimiento del gasto y fía la sostenibilidad del sistema al aumento de ingresos, que no están garantizados hasta 2050.
Por eso, su reforma no contó con el aval de organismos rigurosos en el análisis económico. Como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el Banco de España, El Instituto de Actuarios Españoles, Fedea, Funcas y muchos economistas que, a título individual también, rechazan un decreto gubernamental que no cuadra las cuentas y generará más déficit. Merecía una discusión más detallada,
informada y serena y casi todos consideran el decreto como “una oportunidad más perdida”.
Con esta colección de informes contrarios, ¿por qué el ministro se empecinó en mantener la reforma él solo contra el mundo?. ¿Están equivocados todos los que no creen sus números y proyecciones?
Aquí ya entramos en el terreno de las hipótesis. Unos dicen que aplicó la contabilidad “creativa” para vender la reforma en Europa y complacer a su jefe. Otros sostienen que el engolado ministro padece el síndrome Dunning-Kruger que describieron estos dos psicólogos de la universidad de Cornell (Nueva York) en los años 90. “Algunos individuos con conocimientos limitados, afirman, tienen complejo de superioridad y se consideran superiores a otras personas más inteligentes y preparadas que ellos y nunca
reconocen su verdadera valía”.
La opinión más generalizada es que esta reforma era una exigencia del guion electoral como arma de la campaña y pasadas las elecciones, cuando las cifras no cuadren, el gobierno que salga de las urnas reabrirá la carpeta de las pensiones. Por eso, es lamentable que Escrivá no haya intentado contar con el primer partido de la oposición que no hay que descartar tenga que gestionarlas en la próxima legislatura.
Lamentablemente, las pensiones volverán a ser arma política y tampoco se podrá acometer una reforma serena y profesional pensando en los pensionistas de hoy y en las generaciones futuras.
“Felipe VI, el rey del pueblo que salva al pueblo”. Alberto Barciela
Felipe VI, el Rey, encarna el mando supremo de las Fuerzas Armadas, siendo como tal, capitán general de los Ejércitos. Él es el jefe supremo de la demanda UME, de cada soldado que está ayudando a pie de campo en Valencia, personifica como tal la repuesta del Estado...