Mientras varios metaneros están fondeados en puertos seguros o navegando por aguas tranquilas al no poder descargar por estar los depósitos llenos, el problema energético derivado de la guerra y de la falta de previsión de Europa confunde y desconcierta a los dirigentes políticos que no saben cómo parar la subida de los precios de la electricidad, del gas y de los combustibles, causantes de esta crisis global.
Y preocupa a miles de familias que no saben si podrán pagar una razonable confortabilidad en sus hogares encendiendo la calefacción, las cocinas o abriendo al agua caliente en el invierno que se avecina. Por eso consideran prioritario tomar
medidas pragmáticas buscando la eficiencia energética y poder frenar el consumo.
Según una encuesta realizada por Liberty Seguros, entre esas medidas destacan instalar bombillas más eficientes en la vivienda, duchas más templadas y cortas y aprovechar las “horas valle” para el uso de lavadoras y aparatos eléctricos.. No pueden buscar la eficiencia energética un 30 por cien de españoles por falta de presupuesto, ni el 10 por ciento por vivir en casas de alquiler.
Lo cierto es que la crisis y los precios de la energía quitan el sueño a la gente pensando en el invierno, que traerá consigo las nieves y las heladas a lo largo de varias semanas.
Por eso, se producirá una caída de la demanda energética y el consiguiente ahorro, no por la llamada de las autoridades al consumo responsable, sino por el imperativo del coste que muchas familias no pueden pagar.
Entre las medidas tomadas por la gente para ahorrar no figura la frivolidad de prescindir de la corbata que aconsejó el presidente plagiando al ex ministro Sebastián en la crisis de 2008. Pero sí es curioso el “manual de ahorro” de la siempre dicharachera ministra de Hacienda que aconseja dormir con un edredón más gordo, como hace ella, en lugar de encender la calefacción.
Preguntada en TVE por sus medidas para ahorrar, la señora Montero dijo “llego justamente para dormir” -su casa oficial estará bien climatizada- y no duerme con aire acondicionado en verano, ni con calefacción en invierno. Su solución es abrir ventanas en el estío y “me pongo un edredón más fuerte” en invierno.
“¡Elemental, querido Watson!”. Una obviedad. El calor siempre se combate ventilando la casa y el frio con más ropa de abrigo, con mantas o edredones en la cama y con leña de carballo los que tengan lareira.
Los gallegos tenemos otra fuente de energía muy eficaz contra el frio: una buena dosis de aguardiente al natural o en deliciosa queimada que la Tía Manuela de Celeiro, compañero de página, aconseja beber con moderación. Un buen complemento del edredón de la ministra.