Mi padre cuando muy niño vivía en Ferrol, era la época de la guerra fratricida, unos contra otros sin saber el porqué.
Mi padre cuando niño iba a medio día al ayuntamiento Compostelano, concretamente a la parte trasera donde tenían la cárcel, hoy la ocupa la policía local, allí estaba detenido Pedro Guimarey aficionado a tocar el violín, pero esta no era la razón de su detención, la razón era su cultura, su inteligencia, su noble amor a la tierra, una de sus obras se titulaba Doña Tierra, también Pepa Andrea y Nidos de esclavos. Doña Tierra, fue estrenada en el Teatro Renacimiento el 21 de junio de 1936.
En las dictaduras o en gobiernos sátrapas, lo que más teme el poder es la cultura, la temen.
Mi padre cuando niño le encantaba escuchar las palabras de este hombre, la dulzura de su voz, la cercanía, el cariño que expresaba.
Pero he aquí que un día como todos llego con el bocadillo, y al preguntar por él quien allí estaba le dijo, que podía marchar ese hombre ya no estaba allí, para nunca más.
Mi padre como niño, sabía que había perdido un amigo, ya no mas bocadillos, ya no mas vistas a ese edificio de frías y muertas piedras, que guardaban en si tanto dolor tanta lagrima silenciada.
La Asociación Moiño do Vento de Canido, Ferrol le recuerda, así su memoria no quedara en el olvido.
La riqueza de un hombre, la verdadera riqueza no es la fortuna económica, que sirve para comprar cosas que se venden, sino la riqueza de una vida pletórica de valores, la riqueza de poder obtener cosas que no tiene precio, obtener aquello que el dinero no puede comprar.
D Pedro Guimarey , vivo en la memoria