“El respeto a uno mismo es sagrado”. Manuel Dominguez III

Cuando mozalbete, los domingos solíamos pasear con corbata, de aquella, de ahí lo de hoy, me gustaba jugar con las palabras y siempre decía que una razón para salir, estar en la calle es que hay que estar expuesto al mercado, somos acciones que se cotizan en bolsa, quería decir que las chicas tenían que vernos, y nosotros verlas a ellas.

En aquellos tiempos los domingos, solíamos estar presentables sin desdecir que por la semana estábamos limpios, pero digamos con ropa de calle.Hoy a veces me dan pena, andrajosos, ropa que no la llevaban ni los que andaban pidiendo de puerta en puerta, en aquellos años de paz y miseria.

Esto viene a cuento que, si uno no se respeta a si mismo, como esperar que otros te respeten.

Yo siento gran respeto por mi persona, primero como ser humano, y luego por mi valor intrínseco.

Ayer mismo, estábamos en petit comité, yo dije,: Si pues, fui interrumpido y recibo una parafernalia de palabras, o palabros, que intentan dar respuesta a mi supuesto comentario, en una pausa que el susodicho hace para respirar, yo digo, como es posible que des respuesta a mis palabras si no he dicho nada, tan solo dos conjunciones, si y pues, él por llamarle algo dice, bueno continua, como quieres que continúe , si diga lo que diga ya tienes la respuesta preparada, digo blanco es negro, digo negro es blanco.

Viene a mi memoria una frase de Nietzsche: “El fanatismo es la única fuerza de voluntad de la que son capaces los débiles”. Esta frase fue muy utilizada en la época Nazi por Joseph Goebbels fue un político alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945.Y en estas circunstancias, decido jugar con el lenguaje, y decir sin decir nada, o avalando lo que el contertulio esperaba decir, compartiendo su misma teoría, así le dejo sin argumentos.

Que cara de felicidad tenia, disfrutaba comiendo su misma baba.

Repito si uno no se valora a si mismo que puede esperar de los demás. El respeto a la persona es sagrado.

Yo finalice diciéndole, después de hacerle feliz, estarás de acuerdo conmigo que” No es lo mismo la osmosis de la praxis que la entelequia reciclada del guarismo inapetente”.

Me miró como ternero que va al matadero y dijo suavemente y casi silencioso, ya.

Cuando uno discute con batracios, no es culpa de ellos, sino quien da la oportunidad

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