Qué vergüenza, qué inmorialidad
Tanto el subjeto como sus adláteres.
Personas de alto nivel económico a los que se le debiera suponer, empatía educación, conocimiento, en fin, saber estar conocer el lugar que ocupan.
En la reunión de este miércoles, sin Musk pertenecer al equipo de gobierno asistió rompiendo el código de una vestimenta adecuada, él luciendo gorra y camiseta de propaganda, con sus poses ridículas, el llamado hombre tijera.
Publica el Trump, video de lo que seria Gaza en el futuro, después de haberle robado la tierra, el país a los palestinos, un mundo de ocio, de placer como unas Vegas, en el Mediterráneo, donde él, Trump tendría su estatua, para descanso y reposo de palomas, y el Musk comiendo de forma golosa mientras los niños se le imposibilita el alimento básico para la subsistencia.
La inmoralidad de tirar billetes al aire para que niños como árboles en otoño, abandonados al destino del viento opresor, abandonados al olvido se vean en la necesidad de recogerlos, mientras el Musk, golosamente disfruta un sabroso humus.
Entre todas las preguntas que le haría al Trump seria: hace cuantos años no les un libro.
Todo un gobierno de millonarios, que deslucen a esos otros como, Bill Gates, Warren Buffett.
Los 25 mayores filántropos de Estados Unidos concedieron el año pasado miles de millones de dólares en subvenciones a una amplia gama de causas, desde la investigación médica y científica hasta la sostenibilidad medioambiental o los servicios jurídicos para estadounidenses con bajos recursos.
El dinero per se no denigra, sino que descubre la bajeza humana.
