El pasado 12 de noviembre, el Presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el Director de Turismo, José Manuel Merelles, recibieron al peregrino número 438.308, nuevo récord anual y, además, fuera de Año Santo. Algo se ha hecho bien desde que, en el año 1990, Manuel Fraga – aunque otros personajes sin mérito se arroguen el éxito- activó ese invento llamado XACOBEO, el turismo rural, la Mesa de Turismo Náutico, Galicia Calidade, la Escuela Superior de Hostelería de Galicia y las de Formación Profesional, a la par que las infraestructuras de modernización, y que en su conjunto han supuesto el eje dinamizador de una actividad líder, generadora de riqueza y empleo en toda la comunidad. Todos y cada uno de los ámbitos territoriales, bien sean de interior o costa, urbanos, rulares o insulares, se han beneficiado de la creación de riqueza y empleo. De aquellas aguas surgió una Galicia para vivir e invertir que ahora, con el cambio climático, adquiere para el viajero un valor singular
Hay que seguir creyendo para seguir creciendo con criterios de vanguardia, muy en primer lugar respetando los de sostenibilidad y las nuevas tecnologías, y sin desperdiciar ni un solo folleto -por cierto, ya un tanto pasados de moda- de ahí mi crítica a pequeños fallos como el almacén descomunal y arquitectónicamente desintegrado del hermoso complejo de la Barcia-.
El sector turístico necesita un relato que ponga en valor su pasado, valore el ahora y considere el futuro desde su importancia real como uno de los principales elementos industriales de Galicia, con la automoción, la moda, la energía o el sector agroindustrial, y el primero de España, tratando de proponerla con una imagen cosmopolita en el competitivo mercado internacional.
El sector turístico se ha basado en un presupuesto simbólico sencillo y lineal, herencia de una larga tradición: Sol y playa, islas, ciudades, monumentos, balnearios, descanso, gastronomía… Está repleta de personajes, paisajes y escenarios que adquieren tal fuerza en el relato que pueden considerarse referencias de valor mundial -la Marca Camino de Santiago es la mejor demostración-. Y que, por documentado, también sirve para evidenciar a determinados elementos residuales del pasado, muy pocos pero excesivamente influyentes todavía, que no dudan en apoderarse del éxito de otros y recorren el mundo con sus intereses espurios y vanaglorias inmerecidas, regalando o cobrando, a su vez, méritos a quienes no los tienen.
La habilidad del proyecto de Rueda y Merelles será unir los referentes históricos -experiencia- con el afán renovador y la respuesta a un mundo crecientemente tecnologizado y competitivo -vanguardia- bajo una reflexión que enriquezca el debate que es necesario mantener vivo en todo momento para, considerando la transversalidad y afectación subsectorial, encontrar un plan de acción conjunto que reposicione al turismo gallego en su propio éxito pero con atención a un marco transformado, inestable y cambiante. Estamos en un mundo nuevo, acelerado en sus evoluciones, crítico en muchos aspectos, pero lleno de oportunidades identificables y realistas. Unas veces habrá que continuar por la senda trazada, en otras modificar o resetear determinados aspectos, siempre responder en tiempo y forma a las oportunidades del presente y, por supuesto, prevenir las del futuro.
El sector turístico necesita un relato actual, complementario, ambicioso, que aúne en cada momento a cuantos participan del sector, muy en especial a las nuevas generaciones, sin exclusiones. La respuesta necesita ir más allá de un mero reclamo turístico, con ser ello mucho e irrenunciable, ha de desdoblarse la narración, dándole otras cabidas y un entendimiento más amplio, inserto en el siglo XXI.
Tradicionalmente se han realizado propuestas adaptadas a una demanda muy constreñida: Caminos de Santiago, Rías Baixas, Finisterre, sol y playa, salud, deportes, compras, urbano, etnográfico, gastronómico, rural, museístico, compras, cultural, monumental e, incluso, navideño. Tras la World Travel Market, recientemente celebrada en Londres, en donde Galicia estuvo representada por el Director de Turismo, José Manuel Merelles, y por Turgalicia, hay que considerar las nuevas demandas, y valorar el interés por el turismo experiencial, el cual busca atender las demandas de sensaciones y experiencias únicas, pero también hay que considerar las nuevas condiciones derivadas, por ejemplo, del cambio climático.
Existe la oportunidad única para aglutinar los intereses de distintos colectivos con un único objetivo, Galicia. Administraciones, empresas, profesionales, directores de museos, gestores culturales, galeristas, folcloristas, medio ambientalistas -biólogos, paisajistas, etc-.
De momento han de permitirme que felicite al Presidente Rueda y a José Manuel Merelles, están en el buen Camino, son lo suficientemente conocedores de la materia para que no los confundan de ruta.
Alberto Barciela
Periodista
Miembro de la Mesa del Turismo de España