
A mediados de octubre la patronal y los sindicatos del metal de Ourense llegaron a un acuerdo para poner fin a la huelga de los trabajadores de este sector, unos 4.500, después de 16 días de paro. La negociación concluyó con una subida salarial del 15 % en los próximos tres años y mejoras sociales y fue satisfactoria para ambas partes que
cedieron en sus posiciones para llegar a aun final razonable en cualquier negociación que tiene su expresión en “yo gano y tu ganas”, es decir, ganaron todos, la patronal y los trabajadores.
Pero el objetivo de esta columna no es el convenio colectivo del siderometal ourensano, sino comentar un dato muy llamativo relacionado con este sector que aporta el informe “Negociación Colectiva en la Industria del metal” de la patronal Confemental que resumido en un titular dice: “Un ingeniero del metal en Ourense y Lugo está peor pagado que un peón del metal en Guipúzcoa o Navarra”.
Esta disparidad salarial no es exclusiva de las dos provincias gallegas. La retribución de los trabajadores de la categoría de peón -grupo 7-, supera la de los trabajadores del Grupo 1 -ingenieros y licenciados- en 13 convenios de otras tantas provincias. Dentro de este grupo también hay grandes diferencias salariales, hasta el punto de que un ingeniero que trabaja de Guipúzcoa dobla la retribución de sus colegas de Lleida.
Lo llamativo del informe de Confemental no es que los trabajadores del grupo 7 en Navarra y Guipúzcoa cobren 13,50 euros por hora, que seguro tienen muy merecidos.
Lo que llama la atención es que en otras 13 provincias, entre ellas Ourense y Lugo, un ingeniero, que es personal más cualificado, no alcance esa retribución.
Los títulos no dan la ciencia, pero la suponen, decía un profesor a sus alumnos. El que los ha conseguido tiene mayores conocimientos y, en este sentido, a un ingeniero se le presuponen unas capacidades, destrezas y habilidades que conllevan la asignación y asunción de mayores responsabilidades en el sistema productivo de la empresa.
Esa mayor capacidad y responsabilidades deben determinar los salarios que han de ser más elevados en la categoría laboral del Grupo 1 que en la del trabajador que desempeña sus funciones en un puesto de trabajo de inferior categoría.
No sé si en el convenio firmado en Ourense la hora de trabajo de los ingenieros sigue siendo más barata que la hora de un peón del sector en Guipúzcoa. Si fuera así, es una cicatería humillante para ellos que desacredita a sus patronos como empresarios. Que no se extrañen que salarios tan bajos repercutan en la productividad de estos trabajadores, que acabarán buscando mejores condiciones laborales y salariales en otros lugares.