
Que será de nosotros cuando, el último trovador deje de caminar, y guarde silencio.
Que era de nosotros cuando la guitarra quede muda y silenciosa, cuando Do Re Mi Fa Sol se nieguen a salir.
Cuando el escritor con mano temblorosa y voz tenue, deje de escribir, ya no hay tinta ni papel
Que será de nosotros cuando el viento cansado ya y cuasi despreciado y olvidado, quede mudo de su bello ulular.
Que será de nosotros, cuando ya nadie agite nuestro cuerpo.
Quien me atara al mástil tal cual Ulises, para no escuchar esos cantos de sirena y a vosotros, quien, quien os atara, o seréis victimas de esos cantos, seréis victimas como Parténope y tocarán las trompetas, os darán digno entierro, pero entierro al fin.
Hay muertos bajo tierra y muertos sobre ella, ciegos que no ven, mudos que no hablan, el poder les cuidara, unos mendrugos, agua y pan.
Las peores cadenas son esas invisibles, que no aprieta, que aparentan puedes caminar, no pesan, eres libre, es un mundo tan feliz, que no tienes que pensar ya ellos deciden por ti que pensar, tú solo repetir, serás el altavoz del amo.
Mientras ves desfallecer al poeta, no es tu turno, no te afecta, eres tan insípido, tan ciego que no sabes que estas en la lista, eres el próximo, y yo no estaré aquí para salvarte.
Tú que con tu silencio callaste mi voz, me negaste tinta y papel, me señalaste con el dedo, les prestaste clavos y martillo, pero el día, ese día estabas ausente.
Que será de nosotros cuando calle el cantor.
