
Hoy vamos a ser un tanto duros. Hablaremos de cosas que muchos no quieren escuchar. Puede que hasta alguien denuncie la publicación, y sin lugar a dudas, aumentará el número de personas que me consideran antipático. Ya les digo de antemano que me da igual. En mi muro yo decido la línea a seguir, y quien no esté de acuerdo, tiene toda la libertad de expresarlo. A diferencia de otros, yo jamás censuro ni borro comentarios. Esa es la gran diferencia entre los que creemos en la libertad y aquellos que sólo cuentan lo que les conviene, sea por sectarios o por quedar bien con lo que se considera “políticamente correcto”.
Muchos de ustedes no tendrán ni idea de quienes son los personajes de las fotos, pero cuando se lo explique, seguro que comprenden esta introducción que acabo de hacer.
El primero es Nazar Mohammed. Un cómico afgano que residía en Kandahar. Salvando las distancias, sería una especie de showman satírico en la línea de muchos que pululan por nuestras parrillas televisivas. Con sus seguidores y también detractores, pero con una diferencia fundamental. Mientras aquí, si un tío empieza a caernos “gordo” cambiamos de canal (todo lo más se le denuncia, como ocurrió con Monzón o Toledo), en Afganistán directamente te matan. Pues eso es lo que le ocurrió a Mohammed. Los barbudos no aguantaron sus bromas, así que tras la correspondiente paliza, fue degollado y posteriormente fusilado. Ahora resulta que el Talibán dice que no fue culpa suya. Que se trató de grupos incontrolados, o lo que está de moda:responsabilizar al Daesh local.Resulta que Kandahar ha sido siempre el bastión del Talib(incluso en los años de ocupación), y ahora dicen que no controlan la ciudad… A quien quieren engañar?El problema es el mismo de siempre. Algo que se extiende por la sociedad islámica y que muchos no quieren ver. No existe el menor espíritu autocritico, ni se da pie a la expresión más amable del mismo:el humor.Resulta que si preguntamos por la calle, enseguida surgen nombres de cómicos británicos, franceses, italianos, españoles o norteamericanos. Incluso en las sociedades centroeuropeas y escandinavas, que son más serios, hay cabida para la risa fácil. Y ningún tema escapa a ella. Con más o menos sarcasmo. Humor fino o a lo bestia. A nadie nos escandaliza ver esta u otra publicación, y en el peor de los casos,como dije antes, pasamos de largo.Es cierto que no siempre fue así, y que hasta hace poco, algunos Códigos Penales mantenían el delito de blasfemia. Ya no. Y como dijo una vez un profesor en la facultad, quien suelta cierto tipo de expresiones es un maleducado, pero no por ello se le mete en la cárcel.Pues bien, con Nazar Mohammed sus paisanos han hecho una ejecución al estilo de Savonarola, ahorcado y quemado por las mismas huestes florentinas que antes le auparon al poder. Pero claro. Hablamos de finales del S XV, el mismo en el que por cierto, se halla el calendario islámico.
Así que ya ven. El humor, que a veces parece algo tan superfluo, es determinante en la evolución de la sociedad y cultura. De lo contrario, uno permanece encerrado en un bucle macabro de oscurantismo y muerte.

Pues bien, la segunda foto pertenece a Shiram Shiram, el palestino que en 1968 hirió de muerte a Robert Kennedy. Resulta que tras 53 años en prisión, el tribunal de apelación ha revisado su condena y será puesto en libertad.
Podemos estar de acuerdo o no, pero así lo determina el sistema legal. Uno donde todo individuo, por grave que sea su crimen, tiene opción a una segunda oportunidad.Así que ya ven. Mientras en este malvado occidente opresor en que vivimos, un asesino podrá volver a pisar la calle, en tierra afgana un bromista ha sido ejecutado de la manera más cruel.
No sé ustedes, pero yo estas cosas las tengo muy presentes. Y por eso digo claro que no somos todos iguales. No es una declaración de racismo, xenofobia o animadversión a ciertas creencias. Es la realidad.Y ahora, el que quiera, es libre de criticarme y despotricar a sus anchas. Les aseguro que no habrá represalia de ningún tipo. Sólo respuestas equilibradas.