
Hoy 13 enero es día de recordar, no celebrar, el Día de la Depresión.
Es día para el recuerdo de una enfermedad, una enfermedad pluri- afectiva, es decir no solo la sufre quien la tiene sino la familia que le rodea.
En las actuales condiciones del país, es fácil no caer en ella, salarios paupérrimos horas de trabajo esclavizantes, conocidos míos trabajan por poco mas del mínimo poquito más 14 y 15 horas al día.
Un gran problema de esta España que va bien, es que los jóvenes no pueden independizarse, es que pasa el tiempo ante el temor de no tener descendencia, las mujeres ya son madres en la frontera de lo imposible.
Conozco casos de personas muy, muy preparadas con salarios vergonzantes para su nivel, vivir en piso compartidos, derecho a una habitación, vista así la vida, es imposible sobrevivir dignamente.
España hoy no tiene condiciones para ser feliz.
Alarma, cuando escuchas alguien decir, esta vida es un valle de lágrimas, no vale la pena vivirla, esto es una mierda. Ojo, mucha mucha atención, esa persona necesita ayuda, y la primera ayuda es de las amistades, la gente que comparte el tiempo.
Hay que evitar rodearse de pesimistas, de negacioncitas de la vida, y si rodearse de gente óptima, alegre
Entender que el paro, no es eterno.
La persona que decide marchar, no es consciente, del daño que hace, no ve que la persona amada, seria viuda, o los hijos huérfanos, ese ser que diría, doy la vida por mi familia, en esa disfunción neuronal, no percibe el daño.
Siempre es bueno tener un amigo, un buen amigo que haga de muro de las lamentaciones, hablar, descargar la presión, es muy importante, tener la vida llena, o casi
La soledad impuesta es perjudicial, muy diferente a la buscada para un descanso o disfrute.
Hay gente rara que vive pegada a los carteles que anuncian entierros, gentes que hacen de ello su modo de vida, tal vez no lo creáis, pero es tristemente cierto, esa es conversación matutina y vespertina.
Es de vital importancia evitar gente toxica y rodearse de personas razonablemente optimistas.
Y aprender a valorar lo que tenemos, sea mucho o poco, y no valorarlo al haberlo pedido.
No olvidar ser agradecidos, corresponder a ese trato amoroso que nos brindan.
Recordar que por muy triste que sean las noches, mañana volverá a amanecer.
Y ahí estaremos en la espera de un nuevo día.