Juan Luis Cebrián recuperó el género periodístico de la “Conversación con…” para
hablar con Iñaqui Gabilondo (The Objective, 06.10.2024) y ambos periodistas
analizaron los años democráticos de España con la mirada incisiva que les confiere la
experiencia de su dilatada vida profesional y el haber vivido en primera línea cinco
décadas la historia de España.
Formaron parte de su análisis desde el bipartidismo, que se alternó en el gobierno
durante años, hasta la irrupción de la “nueva política”, los problemas de España ahora,
como la inmigración y la vivienda, o el deterioro de la clase política.
Uno de los temas que trataron con más amplitud fue la Transición. “Cuando ahora están
tratando de demoler la idea de la Transición, dice Gabilondo, me parece una
barbaridad… No pretendo que se reproduzca lo que se hizo, sino la actitud (el acuerdo
y consenso) que se adoptó entonces para hacer lo que se hizo”. A medida que pasa el
tiempo, añade, me parece más moderno y vanguardista lo que ocurrió entonces en
España”.
Tras la muerte del dictador los problemas de España eran de tal envergadura que
requerían aunar esfuerzos, buscar acuerdos y consensos y la cooperación entre políticos
distintos para hacer el tránsito de la dictadura a la democracia. Un ejemplo emblemático
de aquellos consensos fue la redacción de la Constitución que nos dio los derechos y
libertades y los mejores años de estabilidad política, paz social y progreso económico.
La Transición, apostilla Gabilondo, debiera permanecer en la memoria colectiva de los
españoles como una formidable y modélica aportación que España hizo para la
recuperación de la democracia. Por eso, sentencia, denostar aquel hecho es un inmenso
error.
Cebrián abunda en la misma idea y enfatiza en la necesidad de que las nuevas
generaciones comprendan que “la Transición fue el final de la guerra civil, una guerra
entre hermanos que dividió a nuestras familias durante decenas de años… y fue un acto
de reconciliación entre los españoles”. Los dos veteranos informadores abogan por
recuperar el diálogo y los acuerdos entre partidos y políticos para lograr objetivos
comunes, sin que tengan que renunciar a sus diferencias ideológicas.
Tienen el modelo a seguir en el sentido de Estado de aquellos dirigentes que, desde
distintas procedencias e ideologías, cedieron en sus planteamientos de máximos en
favor del proyecto común, que era la Transición de la dictadura a la democracia.
Claro que eso exige abandonar tanta crispación, recuperar la concordia y el dialogo y
sumar esfuerzos para abordar los problemas que tiene ahora España, que no son
menores, y necesitan la cooperación de todos.
Pero con todos los puentes rotos, sin posibilidad de reconstrucción, entre el Gobierno y
la oposición, pensar en recuperar el espíritu de la Transición es una utopía, una vana
ilusión. Tristemente.
“Indignación en la zona cero”. José Castro López
Unos años después de que los filósofos griegos Tales de Mileto, Anaxímenes,yHeráclito buscaran la esencia del universo o el principio fundamental de todas las cosas,Empédocles de Agrigento recogió sus pensamientos y concluyó que “la tierra, el aire, elfuego y el agua”...