España es como una gran ave, un enorme pelicano con muchas cabezas, pero una sola barriga, un estomago común a todas las cabezas.
Cada cabeza quiere picar más que las otras, sea comer o no comer, cada cual quiere picar lo suyo más que otras, no importa lo que degüellan, a veces son tan avariciosas, tan mezquinas, tan codiciosas que hasta tragan piedra, zarzas, matorrales, espinos, no importa se trata de picar más que otras sin darse cuenta que el estómago es común.
Se inventaron un palabro el hecho diferencial, cuando es una mezcla de todo.
Y los desechos del estómago, la basura que le envían causara daño al ave común, aunque las cabezas sean independientes.
Las cabezas no fueron hechas para pensar, su egoísmo, su codicia es tal, que todas pican unas más que otras a fin de satisfacer lo indecible, sin darse cuenta que están envenenado el estómago común, pero la satisfacción de uno picotear más que otro para marcar la diferencia, la ofuscación es tal que no se dan cuenta que al tener un estomago común, se hacen daño a sí mismos.
Pero el hacer daño a uno mismo si se daña al otro satisface, no se trata de crecer o no crecer se trata de que no crezcas tú, tus penas son mis alegrías, así es la avaricia, sin darse cuenta que se están suicidando.
Luego reclamaran a la cabeza que menos picoteo venga en ayuda, y ceda de lo poco suyo, que pague los platos aquel que nada rompió.
Nikolai Chenyshevski . Partidario de terminar con el zarismo como él, Lenin se quedó maravillado con un concepto del académico: ‘Cuanto peor, mejor’. Allí explicaba como impulsar acciones violentas que aceleraran la decadencia y la descomposición de la monarquía hasta que esta cayera por su propio peso,
Así son algunas cabezas pensantes, cuanto peor mejor, no importa que ellos fallezcan en la batalla, se trata de tú no.