Llega de Italia la noticia inquietante de que la primera ministra quiere todo el poder
mediático. Se aseguró el control de los medios públicos que le garantizan el apoyo
unánime de la RAI, Tiene la fidelidad del imperio Mediaset y va a contar con AGI, la
segunda agencia de noticias del país, cuando un empresario y diputado de la Liga se
haga con su control.
Decía Don Quijote que “toda comparación es odiosa”, pero a veces comparar es
oportuno e ilustrativo. Giorgia Meloni y Pedro Sánchez están en las antípodas
ideológicas, pero ambos mandatarios tienen en común la misma querencia por el control
de los medios de comunicación.
Desde que llegó al poder, el presidente español también asaltó los medios públicos.
Recuerden el último relevo en la Agencia EFE y la bochornosa trayectoria de RTVE
desde 2018 donde primaron criterios políticos sobre los profesionales. Les recomiendo
el artículo “Pongamos fin al insolente control de RTVG” de Isabel Fernández, profesora
de Comunicación en la Autónoma de Barcelona (El Mundo, 07-04-2024).
El resultado es un espectáculo impropio, una vergüenza que acabó en bloqueo
institucional, en destituciones y dimisiones y en el descrédito del ente público puesto al
servicio del Gobierno, en lugar de servir a los ciudadanos informaciones veraces.
El último episodio del asalto a la TV pública es el fichaje de un humorista con un
contrato blindado de 28 millones por dos temporadas, sea cual sea la audiencia. Detrás
hay, además de intereses ideológicos, parece que intereses económicos de productoras
afines al Gobierno cuya mano alargada ya no se preocupa de guardar las formas. Ni
siquiera con los medios privados a los que acosa, excluye, margina y critica con saña,
incluso en sede parlamentaria. A los fieles, en cambio, les cuidan desde el Gobierno y
desde sus terminales financieras. Así está de polarizada la prensa.
Este Gobierno quiere una prensa adicta y aduladora, igual que Meloni, lo que da idea de
escaso talante democrático porque la existencia de medios plurales e independientes es
esencial en democracia. “Los medios, dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
son los guardianes de la democracia” que precisa de un periodismo libre y
comprometido con la verdad.
Thomas Jefferson decía “Yo prefiero tener prensa sin gobierno que gobierno sin
prensa”. El tercer presidente de EE.UU. fue un demócrata convencido, tolerante con las
opiniones y críticas adversas. Hoy seguiría defendiendo la prensa libre y el respeto al
discrepante.
Viene muy bien recordar el viejo dicho “los extremos se tocan”. Indica que entre dos
personas con principios opuestos hay puntos en común que las equiparan. Eso ocurre
con Meloni y Sánchez, tan lejos ideológicamente, pero coincidentes en su afán de
controlar los medios. Hasta puede que aspiren al “pensamiento único”.
“País de emigrantes” – José Manuel Pena
Galicia para ser un país de emigrantes aprendeu moi pouco sobre o tratamento laboral cara aos novos inmigrantes que chega en busca de novas oportunidades. Lembrar, cando algún galego marchábase para Suíza, EE.UU, Arxentina, Canadá, Alemaña ou Gran Bretaña. Os peores...