Se cumplieron los pronósticos de las encuestas menos la del CIS y una valoración de
urgencia del resultado -sin entrar en detalles- permite extraer varias conclusiones.
Una. El PP ganó con amplio margen la quinta mayoría absoluta. Los gallegos votaron
“en clave gallega” lo que quería Rueda: “A Galicia que funciona”, la Galicia de la
estabilidad y certezas frente al escenario confuso que representaba la “unión temporal
de partidos de la izquierda”.
La victoria del PP tiene más mérito después de la grosera manipulación de Moncloa tras
la revelación de los contactos del PP con Junts sobre la amnistía que llevó al Gobierno a
caer a degüello con acusaciones graves contra los populares y contra Feijoo, mientras el
mismo Gobierno negociaba la amnistía “integral” con el prófugo Puigdemont.
Dos. Ana Pontón adoptó un perfil dulce y moderado para edulcorar las propuestas
radicales de su programa. Pero los gallegos optaron por lo que ella calificó de “lo malo
conocido, o pasado e o retroceso do PP”. El electorado no vio en el BNG “a alternativa
para unha Galiza mellor”.
Tres. Besteiro se presentó como “enlace” del Gobierno y fue la víctima de Sánchez
que trabajó para el BNG por su propio interés. La debacle del PSdeG se explica,
además, porque el partido está dividido, en manos de políticos irrelevantes, sin ideas y
sin proyecto político para Galicia.
Cuatro. Sumar, Podemos y Vox no tienen encaje en Galicia que rechaza los extremos a
derecha e izquierda. Es muy significativo el fracaso de Yolanda Díaz en su tierra donde
se conocen todos sus desatinos, demagogias y traiciones. Democracia Orensana es un
fenómeno que solo los ourensanos pueden explicar, pero el PP debe escuchar a esta
formación populista, aunque su escaño sea intrascendente.
Cinco. Tras estos resultados tiene que pasar algo en la política gallega. El PP ha de
“ponerse las pilas” para gobernar mejor. Los socialistas deben reflexionar para evitar su
desaparición. La candidata Pontón se presentó como “presidenta” y fracasó al no
alcanzar ese objetivo. Sumar, Podemos y Vox fueron enviados al “rincón del pensar”,
tienen cuatro años para mejorar ofertas y cautivar a los gallegos.
Seis. En clave nacional, Sánchez parecía el candidato de toda la izquierda y fracasó al
no arrebatar la Xunta al PP, ni dinamitar a Feijoo que sale reforzado como jefe de la
oposición y alternativa de gobierno.
Siete. Ahora los elegidos deben desempeñar las funciones de gobierno y oposición que
les encomendaron los electores para que Galicia siga mejorando. Esa es su obligación y
responsabilidad.
“Felipe VI, el rey del pueblo que salva al pueblo”. Alberto Barciela
Felipe VI, el Rey, encarna el mando supremo de las Fuerzas Armadas, siendo como tal, capitán general de los Ejércitos. Él es el jefe supremo de la demanda UME, de cada soldado que está ayudando a pie de campo en Valencia, personifica como tal la repuesta del Estado...