
Cuando escribo, sea artículos, novelas o relatos, jamás me preocupa si soy más o menos simpático, lo bien que le voy a caer a la gente o si me aproximo al ideal de lo políticamente correcto. Desligarse de aquello que uno cree en base de la tan manida objetividad considero que es tarea imposible, y por tanto, no me esfuerzo lo más mínimo en pulir aristas intentado demostrar aquello que no soy o volviéndome abanderado de causas en las que no creo. Dicho lo cual, ya les adelanto que de música sé poco. Mi oído y gusto por la lírica quedó mutilado de cuajo el día que cierto profesor con nula didáctica, me soltó un palo en la mano por poner mal una nota en el pentagrama. Aunque eran otros tiempos, hacer eso con un niño de ocho años lo sigo considerando motivo de comparecencia ante un tribunal previa inhabilitación para la docencia a perpetuidad. Aún así, ese no es el eje central de este artículo, sino la polémica que se ha suscitado en torno al jurado del Festival de Benidorm y nuestras TANXUGUEIRAS. Repito. Esto no va de tópicos ni de apoyos incondicionales a las “pandereteiras”. Ahora bien. Si comparas su actuación con otras que sí cuentan con el favor de los jueces, uno se pregunta muchas cosas. Y es que las chicas pueden cantar ese folk sincrético y gustar o dejar indiferentes, pero su puesta en escena(a diferencia de buena parte de sus competidores)es magistral. Llegados a este punto, qué interés oculto mueve los hilos para que no se les reconozca su indudable talento musical y escénico? Lo ignoro. Y dudo mucho que más allá del círculo interno que rodea a la organización del evento, se filtre la menor pista. Por eso, no me queda otra que remitirme a la famosa entrevista que le hicieron a Orson Welles en París a comienzos de los 60 del siglo pasado. El atrevido periodista preguntaba al genio si alguna vez le había dado un papel a un amigo pese al poco o nulo talento demostrado. Welles admitió al momento que si. -Se avergüenza de ello?-siguió a la carga el reportero. -Por supuesto. -Y aún sabiendo que con su proceder arbitrario, deja fuera a alguien con verdaderas aptitudes, lo volvería a hacer? -Sin duda. Pues ya ven. Seis décadas después,sigue ocurriendo lo mismo. No hay más preguntas ,señoría.